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En la fiesta colegial del pasado 23 de junio, el protagonismo fue para la generación de 1952, de cuyos componentes, alrededor de cincuenta se acercaron hasta el Colegio para recibir el diploma e insignia que acredita el merecido homenaje.

En nombre de la generación intervino el doctor Pedro Orós, que recordó todo aquello que les une por ser del año 1952. También que fueron unas promociones muy numerosas, que superaban los 1.500 alumnos por curso, y cómo era una costumbre, por aquel entonces, decir entre los compañeros “somos de Jiménez o de Escolar, posteriormente de González o de Lozano, y de Civeira o de La Figuera”.

Pedro Orós concluyó señalando que “de aquellas aulas salimos unos profesionales muy dignos que realizamos nuestra labor empleándonos a fondo, y con mucho amor y dedicación. Labor que ha sido, sobre todo, premiada por nuestros pacientes, y al final de todo esto, lo único triste de la jubilación anticipada o temprana, lo cierto es que lo triste de verdad es que nos hemos hecho mayores”.