El médico como paciente, el impacto de la soledad y el edadismo protagonizan las primeras sesiones de la actual edición del Foro de Deontología Médica

El médico como paciente, el impacto de la soledad y el edadismo protagonizan las primeras sesiones de la actual edición del Foro de Deontología Médica

  • El Dr. Rogelio Altisent, la Dra. Pilar Mesa Lampré y la Dra. Nieves Fernández Letamendi han sido los encargados de impartir la primera parte de este ciclo, que continuará hasta el mes de mayo con cinco nuevas sesiones en las que se abordarán asuntos como la eutanasia, el triaje, la bioética o la formación médica actual

El pasado mes de septiembre dio comienzo una nueva edición del Foro de Deontología Médica del Colegio de Médicos de Zaragoza. Desde su puesta en marcha en 2014, esta actividad se ha consolidado como una de las piedras angulares en la programación de la institución colegial, promoviendo la mejora en el ejercicio profesional en materia de ética y deontología.

La edición de este año arrancó con una sesión presencial en la que se analizó el enfermar de los médicos, impartida por el Dr. Altisent. En esta primera sesión se proyectó en primicia el documental ‘Cuando el paciente es el médico’. El audiovisual, diseñado para la docencia, es el resultado de un proyecto FIS de la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica de la Universidad de Zaragoza, dirigido por la Dra. Pilar Astier Peña, coordinadora científica del Equipo de Investigación.

Para los profesionales médicos, el proceso de enfermar supone un conflicto de rol, ya que han sido formados para cuidar y tratar a otros, y cuando los que enferman son ellos se resisten a reconocer y a aceptar su situación de vulnerabilidad. Según las cifras que maneja Astier, el 75% de los médicos que enferman se resisten a reconocerlo y el 95% se automedica cuando se trata de una dolencia leve, sobre todo analgésicos y antibióticos, si bien un pequeño porcentaje usa incluso hipnóticos o antidepresivos. “En general, en un porcentaje muy elevado, no conocemos a nuestro medico/a de familia, quién seguro que haría este acompañamiento con mucha profesionalidad”, apunta Astier.

El 75% de los médicos que enferman se resisten a reconocerlo

El Dr. Rogelio Altisent tiene claro que la salud de los profesionales de la medicina repercute directamente en la calidad asistencial, por ello, “el cuidado de su salud tiene implicaciones éticas y deontológicas de primer orden”. De ahí que surjan determinadas cuestiones como si el médico debe presentarse como tal cuando acude a recibir asistencia sanitaria, si esto se podría interpretar como si reclamara un trato de favor, o si el médico que atiende a otros médicos debe recibir una formación específica con este fin.

En este sentido, el doctor Altisent recomienda prestar una mayor atención a los estudiantes de medicina, sometidos a fuertes tensiones desde antes incluso de comenzar la carrera. “Debemos hacerlo con un enfoque preventivo, pero también hay que estar preparados para dar la correcta atención ante la enfermedad”, sostiene.

 

 

 

El impacto de la soledad no deseada sobre la salud

El impacto de la soledad y el envejecimiento sobre la salud fue otro de los asuntos tratados en el Foro de Deontología. Y es que, la soledad no deseada en los mayores puede aumentar el riesgo de mortalidad al mismo nivel que el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo. Así lo afirmó la Dra. Pilar Mesa Lampré, jefa del Servicio de Geriatría del Hospital Provincial Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza y encargada de impartir dicha sesión.

Pese a que la prevalencia de la soledad no deseada no se conoce con exactitud, ya que “es complicado detectar los casos si no se buscan expresamente”, está claro que tiene efectos perjudiciales para la salud. “Hay investigaciones que han demostrado que las relaciones sociales escasas, caracterizadas por aislamiento social o soledad, se asocian a un aumento de casi el 30% del riesgo de enfermedad cardiaca y del riesgo de accidente cerebrovascular”, señala la Dra. Mesa.

La OMS lo considera un problema de salud pública, pues la soledad en pacientes con insuficiencia cardiaca se ha asociado a un riesgo de muerte casi cuatro veces mayor, a un aumento del 68% del riesgo de hospitalización y a un aumento del 57% del riesgo de visitas a urgencias. En el plano psicológico es un factor de riesgo de depresión, deterioro cognitivo y aumento de los pensamientos suicidas. Además, se asocia a un aumento de casi el 50% del riesgo de demencia. En definitiva, “es un factor social predictor de mayor número de visitas al médico, rehospitalizaciones y aumento de estancia hospitalaria”.

 

La jubilación, el fallecimiento del cónyuge o el deterioro de la salud son factores de riesgo que hacen que las personas se vuelvan vulnerables

Aunque hay quien elige la soledad de manera voluntaria, existen ciertos factores de riesgo para padecer soledad no deseada, y los mayores son un grupo especialmente vulnerable debido a las pérdidas personales y de capacidades que van sufriendo. “La jubilación; el fallecimiento del cónyuge, que es la pérdida más relevante; el deterioro de la salud propia o de la pareja; la emancipación de los hijos; la pérdida de amigos y familiares de la misma generación; la pérdida del confidente; la institucionalización… son factores de riesgo importantes que hacen que las personas se vuelvan vulnerables”, señala la doctora. Todo ello, unido a ciertos prejuicios y estereotipos, puede llevar a que aparezcan alteraciones en el ánimo o la salud mental, lo cual puede generar situaciones de soledad no deseada.

Ante esta realidad, los profesionales médicos juegan un papel fundamental en la detección de estos posibles casos. Las personas mayores visitan con frecuencia los centros de atención primaria, motivo por el cual el personal médico y de enfermería conoce tanto su estado de salud como su situación social y emocional. “Para personas con una red social muy reducida una cita con el médico o una visita a domicilio puede ser uno de los pocos encuentros en persona que tengan. Esto representa una oportunidad para que los médicos identifiquen a estos ancianos en riesgo de sentir soledad”, apunta la Dra. Mesa Lampré, que indica que deberán ser evaluados periódicamente y puestos en contacto con recursos comunitarios para que reciban ayuda.

A nivel colectivo, la experta asegura que la sociedad es consciente de este grave problema, aunque a menudo ignora sus consecuencias. Para luchar contra los riesgos de un envejecimiento no deseable es necesario implicar a los políticos, la ciudadanía, las instituciones, los servicios sociales y sanitarios, las asociaciones civiles y religiosas, el voluntariado y las redes vecinales. También a los sistemas educativos y legislativos. “Hay que elaborar protocolos y programas que detecten y palien situaciones de soledad, que impulsen intervenciones que favorezcan la socialización, con un enfoque participativo y multidisciplinar”, concluye.

El edadismo empeora la salud física y mental de quienes lo padecen

Estrechamente relacionado con la soledad no deseada se encuentra el edadismo o la discriminación por motivos de edad. Este fue el tema protagonista de la última sesión del año del Foro de Deontología Médica, que corrió a cargo de la Dra. Nieves Fernández Letamendi.

El edadismo, entendido como el conjunto de estereotipos, prejuicios y discriminaciones hacia otras personas o hacia uno mismo por razones de edad, no solo está presente en la sociedad, puesto que lamentablemente también se da en las consultas médicas. La pandemia colocó de golpe encima de la mesa este problema, ya que de acuerdo con la doctora pudieron darse situaciones de discriminación por edad.

“Muchas veces no somos conscientes de ello. Tomar decisiones terapéuticas marcadas únicamente por la edad, sin tener en cuenta la edad biológica o la fragilidad del paciente es el ejemplo más frecuente de edadismo hacia el paciente”, explica la doctora Fernández Letamendi. También lo es minimizar sus síntomas o adoptar actitudes paternalistas con respuestas como: ‘A la edad que tiene, ¿qué espera?’ o ‘usted lo que tiene que hacer es irse a una residencia’.

En consulta, hay que huir de la infantilización y hay que ser especialmente claros con las explicaciones que se le da al paciente mayor. “Tener delante un paciente mayor, con presbiacusia o deterioro cognitivo, y no hacer un esfuerzo porque entienda las explicaciones que como médico estamos dando, dirigiéndonos solo a la familia como si el paciente no estuviese, también es edadismo”, afirma.

Y es que, al igual que ocurre con la soledad no deseada, el edadismo empeora la salud física y mental de quienes lo padecen, entre otras cosas, porque limita el acceso a asistencia sanitaria y limita la recuperación de la fragilidad y discapacidad que pueda ser reversible. “Esto genera una menor calidad de vida en el paciente mayor, puede condicionar su muerte temprana, mayor aislamiento social y mayor inseguridad financiera”, enumera la Dra. Fernández Letamendi.

Pese a su gravedad, el edadismo todavía sigue siendo una asignatura pendiente en las facultades de Medicina, en las que predomina el intervencionismo por encima de la valoración de la fragilidad o la valoración geriátrica integral. “Falta formación en la atención centrada en la persona. Pero es que esta formación tampoco se completa en la mayoría de las especialidades médicas o quirúrgicas durante el periodo MIR. Esto hace que se trabaje mucho sobre la experiencia que nos traslada el que nos forma…y eso es peligroso porque puede llenarnos de prejuicios”, afirma. Por ello, anima a los facultativos a formarse en valoración geriátrica y en cribaje de fragilidad, “al menos para derivar al geriatra si no tenemos muy claro qué haríamos en el caso de ese paciente mayor”, concluye.

 

Sobre el Foro de Deontología Médica 

El Foro de Deontología del COMZ está dirigido a profesionales sanitarios y a los estudiantes de Medicina interesados en este campo y se desarrolla mediante sesiones, presenciales u online, que giran en torno a una ponencia sobre un artículo del Código de Deontología Médica. Tras cada una de las sesiones se abre un debate a todos los asistentes, por lo que el Foro constituye un espacio para la reflexión y el planteamiento de propuestas de futuro. 

La edición de este año se prolongará hasta finales de mayo con cinco nuevas sesiones en las que se abordarán asuntos como la eutanasia, el triaje, la bioética o la formación médica actual:

  • Sesión 4: 25 de enero de 2023: 'Aspectos éticos del triaje en un incidente de múltiples víctimas (IVI) en el ámbito extrahospitalario'. Dr. Cester Martínez
  • Sesión 5: 22 de febrero de 2023. 'Filosofía y bioética'. Dr. Callabed Carracedo
  • Sesión 6: 29 de marzo de 2023. 'Ética, deontología y medicina (genómica) personalizada'. Dr. Ramos Fuentes
  • Sesión 7: 26 de abril de 2023. 'La formación médica en España hoy'. Dr. Albareda Albareda
  • Sesión 8: 31 de mayo de 2023. 'Aplicación de la LORE (Ley Orgánica Reguladora de la Eutanasia en España). Perspectiva evolutiva actual'. Dr. Olivera Puey